viernes, 5 de febrero de 2010

La Tarantela



Hace poco leí en LaMaquina que nos había dejado el gran Sergio Beser. No voy a ser pesado y repetir lo que ya muchos han hablado de él en tantos panegíricos, tan sólo decir que nunca olvidaré sus clases: su explicación del baile de la Tarantela para conjurar a la temible araña, aquella otra vez que pidió a una alumna que le comentase el Elogio de Carlos III y a la chica le dio por reir y él reaccionó diciendo "No sé si sabrá usted (eso sí siempre de ud.) algo del siglo de la luz... pero, desde luego, es usted encantadora" o cuando nos sugirió a unos cuantos que le hiciésemos un estudio sobre La Fuente de la Edad de Luis Mateo Díez (sin bibliografía) que nos descubrió todo el submundo de la emputecida urbe romanizada y el variopinto paisaje de La Omañona.
Aquellas mañanas de 1989 cuando dábamos clase en la Facultad de Derecho (en la de Letras no había sitio, cosas del baby boom) que concluían con él, de pie, cigarrillo en la comisura de los labios, recogiendo sus carpesanos y diciendo "Si alguien va para Girona que lo diga que le llevo, que tengo clase allí ahora." y uno salía entre medio dormido y medio maravillado de que por fin alguien le había hecho ver que Bécquer no era tan cursi y que uno podría encontrar romanticismo en El Jarama.

Por todo eso y por saludar siempre, ya fuera en el pasillo o cuando nos cruzábamos por el pueblo y a pesar de haber pasado veinte años nunca olvidaste que aquel "aficionao" había sido alumno tuyo:
Gracias Maestro.

4 comentarios:

  1. Que no me dejan oyes...paciencia

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  2. El silencio era por Sergio. No sabía que había muerto hasta que te leí. Se nos mueren los maestros, otros quedan en mutilado estdo de gracia, otros se han convertido y persiguen subvenciones... qué será de nosotros...

    Un abrazo querido amigo desde el puto culo del mundo. (Ulises era gilipollas...y qué grande era Homero, que supo disimularlo)

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  3. Hijo es que como dijiste "mmmm" podría ser cualquier cosa: desde que te comías un peazo queso azul a que te habías pillado con la gatera de un submarino que diría Fraguas.
    Sé bueno.

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